kafka y los insecticidas
- Wawa Sara
- 26 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 19 jul 2018
“Le tocó ver que su barriga se había vuelto negra y abultada, por otro lado sus piernas habían adelgazado muchísimo. Iba a decir algo pero junto a su voz de siempre sonó un extraño silbido y de haberse tocado la cabeza habría notado antenas. Resulta que Gregorio Samsa se había convertido en un enorme INSECTO”

Buenaaas!! En vista de una repentina desaparición, me vuelvo a presentar...soy la Wawa Rojas y he venido a hablar de Kafka :)
Léelo escuchando esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=qRININJJodM
Imaginan convertirse de forma tan repentina en un insecto?
Entonces una mañana al abrir los ojos todo ha cambiado y tu cuerpo es tal cual como el de una cucaracha. Acabo de imaginármelo y vaya que la sensación es horrible.
A Kafka lo han nombrado como el escritor de la frustración humana, y con toda razón. No hay mejor manera de describir la impotencia y desazón que a través de convertir a un ser humano en aquello que considera totalmente inferior (un bicho). Y para rematar, no adopta el tamaño normal de un insecto, por el contrario su magnitud imposibilita su movimiento y la salida del cuarto. INHABILITADO, esa es la palabra.
Ahora, no se trata sólo de convertirse en un insecto grande, peludo, y desagradable. Siempre hay algo detrás. Y en este caso, podrías cambiar el nombre de Gregorio Samsa por el tuyo e intentar comprender la desesperación del momento. O quizás ya has sido víctima de tal experiencia, porque si bien Kafka recurre a una transformación palpable y visible, no es que en el día a día podamos observar la metamorfosis de cada persona o su tormento interno. Y si la gente en serio empezara a transformarse en el animal que se acomode a su situación ¿qué animal serías ahora? (piensa en imposibilidades).
Rayos! no dejo de pensar en como se sentía Kafka para escribir un relato de este trasfondo, y es que aveces es más facil decir lo que nos pasa disfrazándolo con otro nombre, maquillando la historia. En efecto, esta es la magia del libro que puede llevarte hasta el mismo punto de sentirte cucaracha y encarnizar la aflicción del protagonista sin que su trama exponga el conflicto real.
Y bueno, quizá Franz quería decir de la manera más discreta que el mundo no admite a las ovejas negras, a los patitos feos, a los rechazados, excéntricos y solitarios. Quizá era uno de ellos, quizá somos uno de ellos. Y quizá el mundo sea un insecticida.
Cómo comprobarlo? Convirtámonos en esos bichos que asustan a todos, que cuando abren sus alas la gente sale corriendo jajaja :)
Buena noche bichos míos!!
Gracias por leerme.
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